Tal como lo había anticipado a principios de diciembre, Ángel de Brito bajó definitivamente la persiana de LAM. En medio de las lágrimas de sus panelistas, los reclamos del público y miles de mensajes de afecto público, el programa terminó.
"La verdad es que estoy muy contento. Muy. Acepté hacer LAM porque la idea estaba buenísima, El Canal nos dio la posibilidad y cómo no lo iba a aceptar. Creo que el éxito de LAM son las angelitas. Son todas distintas, cada una tuvo su protagonismo y eso funcionó", dijo De Brito.
Pero en tren de confesiones, contó cuál fue su mayor miedo en las semanas previas al gran final: "Fue un año muy difícil para todos, la verdad. Mi único deseo era que todos podamos llegar hasta acá, estar todos para despedirnos en vivo. Con el equipo completo, estuve sufriendo porque si caíamos con COVID ibamos a tener que estar aislados".
"La verdad es que todos tuvimos sospechas, nos hisopamos... pero llegamos enteritos para poder despedirnos acá", remató. El conductor ya aclaró que ahora se tomará unas largas vacaciones y aprovechará para terminar de definir su futuro que, tal como anunció por estos días, tienen que ver con la televisión.