Famosa por su contenido en vitamina C, la naranja es una de las frutas protagonistas del invierno. Sin embargo, este no es su único beneficio, ya que está colmada de propiedades nutritivas y medicinales que a continuación detallamos:
Dosis justa de vitamina C
Es un cítrico excelente para evitar infecciones (de hecho, su jugo es el recurso natural más utilizado para prevenir resfríos y gripes). Además, es un poderoso antioxidante, rico en fibras y vitaminas del grupo B.
Regulador estomacal e intestinal
Su efecto laxante combate el estreñimiento. Las naranjas también alivian los espasmos gástricos, las digestiones lentas y pesadas, y son carminativas, ideales para quienes padecen gases e hinchazón abdominal.
Normaliza el colesterol
Su contenido de pectina ayuda a bajar el colesterol en sangre. Incluso, algunos estudios científicos sugieren que los compuestos de su cáscara brindan mejores resultados que ciertos fármacos, pero sin efectos secundarios.
Aliada de la sangre
Por su riqueza en magnesio, esta fruta fluidifica la sangre, evita la formación de coágulos, reduce el riesgo de sufrir trastornos cardiovasculares y derrame cerebral, protege los vasos sanguíneos y favorece la buena circulación.
Anticancerígeno natural
Tiene poder antioxidante y algunos estudios científicos vinculan el consumo regular de naranjas con la posibilidad de reducir el riesgo a padecer determinados tipos de cáncer, como el de estómago y el de colon.
Ayuda a combatir la anemia
Su consumo es aconsejable para personas con deficiencia de glóbulos rojos sanos y mujeres jóvenes que sufren de menstruaciones abundantes, ya que su vitamina C favorece la absorción del hierro.