Finalmente Leo Messi encontró un poco de paz luego de esos días frenéticos, gloriosos y felices desde que ganaron la Copa del Mundo, regresaron a la Argentina luego de un vuelo extenso con escalas que lo prolongaron aún más y la recorrida en micro por la General Paz recibiendo el calor de un pueblo lanzado a las calles a agradecerles y el sol implacable que pegaba desde arriba.
Después del final abrupto de la caravana llegó el regreso al predio de Ezeiza y después el viaje a Rosario, con la familia, para pasar su tierra, como todos los años, la navidad y esperar el Año Nuevo. Allí, en su casa, rodeado del amor de su mujer, sus hijos, sus padres y sus hermanos, entre mate y asados, Leo disfruta al fin la sensación de plenitud y felicidad del que no tiene asignaturas pendientes. El fútbol y Messi no se deben nada el uno al otro.
Este jueves por la mañana, mientras compartían unos mates, vieron un tik tok con un recorte de una charla de Hernán Casciari, el escritor que al igual que Messi, vivió muchos años en Barcelona. Juntos se pusieron a ver el emotivo video de la charla.
Después de emocionarse junto a su mujer por el conmovedor relato, Messi le mandó un aduio por whatsapp a Kusnetzoff en el que le agradeció a él por sus palabras y a Casciari por su cuento.
"Hola Andy, cómo andás. Te queria mandar un audio porque estaba acá, nos levantamos acá con Anto, estábamos tomando unos mates, me puse a mirar un poquito tik tok y vi ahi la historia que contaste, la verdad que buenísimo, me alegro que te hayas operado, que haya salido todo bien", le dijo primero a Kusnetzoff. Después ya se refrió a lo de Casciari: "Después pasó un ratito y Anto me mostró lo de Hernán, lo que escribió, lo que contó, cómo lo contó, y la verdad que fue impresionante, nos pusimos a llorar los dos, porque era algo muy cierto lo que cuenta, muy emotivo y queria mandarle un saludo. Decirles a los dos que lo escuchamos, que nos emocionamos... Nos hicieron llorar y quería que lo sepan. Les mando un abrazo a todos y gracias".
Casciari, en el estudio, lagrimeando de emoción por el saludo de Leo, hizo el mismo ademán que Messi uando ya campeón del mundo, se zafó del abrazo de sus compañeros y mirando al palco donde estaba su familia, movió los brazos y decía "ya está, ya está", como que la misión estaba cumplida y más que eso no se podía soñar.