Por estos días Adrián Suar está en boca de todos. Sucede que como está presentando 30 noches con mi ex, la comedia que protagoniza junto a Pilar Gamboa, las charlas con los periodistas se multiplican. A esto hay que sumarle que el título se presta y las consultas sobre Araceli González y Griselda Siciliani, las madres de sus hijos, se multiplicaron.
Incluso, en esto de trazar paralelismos, en la charla con Socios del espectáculo le preguntaba si él en la vida rial se analizaba, si recurre a alguna ayuda, de un psicólogo, por ejemplo. “Es un tema que siempre me importó. Trabajé. Siempre digo, tantos años de terapia… más de 20 años. Mucha plata hay invertida. Hagan la cuenta”, comenzó.
Por otro lado, sorprendió al contar algo que no suele darse, ya que después de un tiempo se busca cambiar de profesional, pero Adrián se tomó su tiempo. “Siempre con el mismo terapeuta. Ya la dejé pero fui durante 20 años. Me ayudó mucho. Yo creo en la terapia y es como todo, cuando tenés un mal profesional…”.
La respuesta abrió un gran debate. Sin ir más lejos, la panelista Luli Fernández quiso saber si le dieron el alta o si él decidió dar un paso al costado. Luego de buscar en su memoria, le respondió: “Nunca me dio. Bah, me dio un alta simbólica pero cada tanto lo sigo frecuentando, lo llamo. Siempre hay un refresh, como para todo”.
Para cerrar, se confesó y contó que es de lágrima fácil, incluso cuando que psicoanaliza. “Alguna vez lloré. Soy llorón. Por ejemplo, yo no puedo ver películas con chicos. Es un knock out técnico. Ni siquiera lo digo porque sea sensible. Es un problemita. Si veo en el noticiero algo con chicos también me sucede”.