DIETAS SOSTENIBLES

Claves para tener una alimentación saludable sin restricciones

Cuando hay prohibición aumenta el deseo de ingerir aquello que "no se puede". La importancia de comer a conciencia y desarrollar hábitos duraderos.

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Qué comer para verse y sentirse bien es un tema recurrente en las charlas de amigas, amigos, padres e hijos, inclusive entre desconocidos.

“Una alimentación balanceada y variada es aquella que cubre las necesidades nutricionales y fisiológicas del organismo. Una buena alimentación es importante en todas las edades del ser humano, pero sobre todo en la primera infancia, para favorecer el crecimiento y desarrollo del niño o niña. También, nos permite prevenir la aparición de enfermedades tales como: diabetes, obesidad, cardiovasculares y del metabolismo”, dice la Lic. Mara Fernández (M.N. 36031), psicóloga especialista en TCA.

Sin embargo, la psicóloga explica que cuando los hábitos alimentarios no son los adecuados, cuando la comida se vuelve un pensamiento obsesivo y da miedo, sensación de culpa y vergüenza, y la delgadez se convierte en el único propósito, podrían ser síntomas de un desorden alimentario.

La Lic. Fernández agrega: “La restricción es sinónimo de prohibición, genera obsesión y aumento del deseo. Los pensamientos sobre qué comer, cuánto, a qué hora, se vuelven intrusivos y constantes, lo que comienza a afectar negativamente en la calidad de vida”.

En tanto, la Lic. Agustina Murcho (M.P.3196/M.N.7888) sostiene que “lo más perjudicial de las dietas restrictivas y del ‘placer cero’ es que la restricción aumenta el deseo, por lo tanto, después viene el descontrol alimentario”. Esto significa: el comer todo lo prohibido. “No solamente sucede esto, sino que se genera un desequilibrio de neurotransmisores que regulan el placer, las emociones, el sueño, el estado de ánimo y la motivación”, señala la especialista.

La nutricionista explica que cuando estamos a dieta nos sentimos irritables, de mal humor, sin ganas de nada y hasta dormimos mal. “También aumenta la obsesión por los alimentos y las calorías. No solo sucede esto, sino que también se desregulan las hormonas del apetito y la saciedad, haciendo que se genere más masa grasa para defender al organismo y tener reservas, y ni hablar de lo carentes en nutrientes que son”, destaca.

La Lic. Murcho agrega: “No sólo es importante la alimentación saludable y eliminar la restricción. También es fundamental que lo que comemos sea placentero y variado, pero con esto solo no basta. Para crear una relación saludable con la comida, es clave hacerlo junto a un profesional de la nutrición que no dé dietas restrictivas, que tome al paciente como un humano, y que, a su vez, tome en cuenta la salud mental. También con un psicólogo, ya que la mala relación con la comida viene por una historia de vida”.

Por su parte, la Dra. Sánchez Calvin (MN 121757), médica especialista en nutrición y en psiconutrición, considera: “Toda elección alimentaria es válida si se basa en una alimentación completa variada, balanceada, adecuada, placentera, sustentable y sostenible en el tiempo. Pero, en el abordaje de un paciente con deseo de tener un peso saludable, hay mucho más que los alimentos. Hay que poder escuchar y darle herramientas para su gestión emocional, para sanar la relación con su cuerpo, para planificar objetivos posibles, alcanzables, reales específicos y sustentables para disminuir la posibilidad de fracaso”.

La doctora advirte que “el atracón es la consecuencia de la restricción”. “Si logramos explicarle a los pacientes el daño que hacen las restricciones y podemos ayudarlo a que pierda el miedo a ciertos alimentos, mejorar su relación con la comida y con su cuerpo y empoderar sus decisiones, seguramente podremos sacarlo de este círculo y así alejarlo del desborde y los atracones”, resaltó.

La Dra. Sánchez Calvin manifestó que todos comemos diferente y seguimos rutinas o hábitos distintos. “No se trata de incorporar dietas estrictas y restrictivas que son imposibles de mantener en el tiempo y que pueden perjudicar nuestra salud, sino que lo importante es que nos alimentemos con conciencia, que tengamos presente siempre nuestros hábitos de salud, que sepamos decidir cuándo empezar y cuándo parar, que seamos capaces de elegir qué cantidades vamos a tomar y, sobre todo, que disfrutemos”, concluyó.