El 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón para concientizar a la población sobre la enfermedad cardiovascular, que es la principal causa de muerte a nivel mundial. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que está originada por múltiples factores que van desde el tabaquismo a la diabetes, pasando por la presión arterial alta y la obesidad, la contaminación del aire o patologías menos comunes, como la enfermedad de Chagas o la amíloidosis cardiaca.
A pesar de que las indicaciones médicas son individuales y no pueden generalizarse, desde el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) elaboraron unos parámetros orientativos para tener en cuenta a la hora de realizarse controles. Claro que siempre es fundamental consultar con tu médico de cabecera.
El Dr. Diego Grinfeld (MP 113.528), presidente del CACI, señala: “Estos parámetros orientativos referidos a la esfera del control cardiovascular tienen por objetivo acercar información a la población general sobre los principales controles rutinarios consensuados por la comunidad médica, que ayudan a prevenir o detectar en forma temprana posibles enfermedades o desequilibrios que indudablemente no están dando una sintomatología específica, y que, diagnosticados y tratados a tiempo, ofrecen la posibilidad de curación o mejoran el pronóstico de la condición”.
Controles según la edad
Infancia y la adolescencia
Consultar con un pediatra y seguir al pie de la letra las recomendaciones
Se sugiere al menos una vez antes de los 16 años hacer un análisis de sangre y un electrocardiograma, sobre todo en aquellos niños que presenten antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular
Control de la presión arterial
Entre los 20 y los 30
En individuos sin antecedentes familiares de enfermedad coronaria y sin sintomatología, realizar un análisis de laboratorio cada tres años, un electrocardiograma cada cinco y la medición de la presión arterial al menos cada dos años.
Entre los 40 y 50
Realizar análisis de laboratorio cada dos años, un electrocardiograma anual y la medición de la presión arterial idealmente en forma cuatrimestral.
Antes de cumplir los 50 años, hacerse al menos una vez una prueba de esfuerzo o ergometría, que es un estudio donde se ve la respuesta del corazón ante un esfuerzo físico, medida a través de un electrocardiograma y otros parámetros.
A partir de los 50
Análisis anuales de laboratorio ampliando los parámetros solicitados según criterio médico, un electrocardiograma cada seis meses, la medición de la presión arterial regularmente (sin que ello signifique obsesionarse) y un test de esfuerzo cada dos años o en forma anual, según lo considere el profesional de la salud.
“Todos estos esquemas de controles pierden validez y se vuelven mucho más exhaustivos si en alguno de los chequeos se detecta la presencia de algún factor de riesgo, como por ejemplo hipertensión arterial; en ese caso, el médico seguramente evaluará la realización de nuevos estudios y chequeos más periódicos sobre ese factor y sobre el estado de salud general del individuo”, aclara el Dr. Grinfeld.
Factores de riesgo
Además de los antecedentes de enfermedad cardiovascular familiar, los principales factores de riesgo son la hipertensión arterial, diabetes, sobrepeso u obesidad, sedentarismo, colesterol o triglicéridos elevados, el nivel de estrés, fumar, beber alcohol en exceso o presentar cualquier tipo de sintomatología.
Los factores de riesgo se consideran elevados cuando sus valores son iguales o superiores a:
- Presión Arterial: 140/90 mmHg -el ideal es 120/80 mmHg (milímetros de mercurio) o menos-
- Colesterol total: No superar los 200 ml (miligramos por decilitro)
- Índice de Masa Corporal: No superar los 27 kg/m -coeficiente que surge de dividir el peso en kilogramos dos veces por la talla en metros- lo ideal es entre 25 y 27 Kg/m
- Perímetro de cintura: En los varones debe ser inferior a 102 cm y en las mujeres, inferior a 88 cm
- Glucemia: No debe superar los 100 mg/dl (miligramos por decilitro)
“También existen algunos factores de riesgo no modificables, como la edad (a mayor edad se incrementa el riesgo) y también ser varón, ya que los hombres presentan mayor prevalencia de enfermedad cardiovascular que las mujeres, sobre todo entre quienes no superaron los 60 años. No obstante, preferimos no hacer distinción de sexo en nuestras recomendaciones, ya que, por haber hecho diferencias durante muchos años, cada vez estamos viendo más mujeres con enfermedad cardiovascular, muchas veces porque ellas mismas o los propios médicos subestiman los síntomas o la rigurosidad en los controles”, dice el Dr. Martín Cisneros (MP 25.650/2), vicepresidente del CACI.
Y agrega: “Otro elemento que juega en contra es la sumatoria de los factores de riesgo. Tener elevados o presentes dos o más factores multiplica el riesgo de presentar un evento cardiovascular o enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca en el futuro, y obliga a médico y paciente a extremar las estrategias de control”.
Modificar conductas poco saludables
- Controlar del peso
- Cambios en la alimentación reduciendo el tamaño de las porciones y evitando el consumo de grasas y de grasas trans y aumentando la ingesta de frutas y verduras
- Realización de actividad física periódica. Tanto en la infancia como a cualquier edad, corresponde realizarse un examen previo y presentar un certificado firmado por el médico tratante
- Abandonar el tabaquismo
- Disminuir el consumo de alcohol
- Controlar los valores de presión arterial y los de los parámetros que surgen de un análisis de rutina, como la glucemia, el colesterol y los triglicéridos
- Para aquellos que toman determinados medicamentos prescritos por su médico mantener la adherencia y no discontinuarlos sin previa consulta con el profesional